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San Ignacio de Loyola: Fundador de la Compañía de Jesús

Hace quinientos años, una bala de cañón cambió el curso de la vida de Ignacio de Loyola. Su pierna rota le permitió discernir el llamado a vivir "para mayor gloria de Dios". Como fundador de la Compañía de Jesús (jesuitas), se convirtió en uno de los líderes más importantes de la Contrarreforma católica del siglo XVI; su liderazgo y espiritualidad continúan guiando a los cristianos de hoy.

Ignacio -el menor de 13 hijos de una familia noble- nació en 1491, en Loyola, España. Fue nombrado Caballero en 1517 y disfrutó de actividades militares hasta que fue herido en 1521. Durante su larga recuperación, se inspiró en la lectura de una colección de biografías de santos y La vida de Cristo de Ludolph el Cartujo. Al discernir que Dios lo estaba llamando a servir, se embarcó en una peregrinación a un monasterio benedictino en Montserrat, España. Pasó el año siguiente ayunando y orando mientras vivía como mendigo en un pueblo cercano, donde experimentó visiones y comenzó a escribir Los Ejercicios Espirituales. Consciente de que lograría más si tuviera una buena educación, pasó 11 años estudiando antes de obtener su maestría en una universidad de París.

Poco después de su ordenación, Ignacio experimentó una visión de Dios Padre diciendo: "Deseo que tomes a este hombre como tu siervo", y Cristo respondió: "Mi voluntad es que nos sirvas". Con Francisco Javier, Peter Faber y sus compañeros, estableció la Compañía de Jesús en 1539, profesando votos de pobreza, castidad y obediencia. Cuando fue aprobado en 1540, se convirtió en superior general de los “contemplativos en acción”.

Antes de su muerte en 1556, se aprobaron Los ejercicios espirituales de Ignacio y se adoptaron sus Constituciones jesuitas. Comenzó a establecer colegios jesuitas y usó la frase latina Ite, inflamate omnia, que significa “Ve, prende fuego al mundo”, para alentar a sus compañeros jesuitas. La Compañía de Jesús ha establecido escuelas, colegios y seminarios en Europa, India, África y América. Hoy los jesuitas sirven en 112 países.