| Por Michael St. Pierre, Ed.D.

Preparación y planificación

Elimina las barreras que le impiden orar

Lo recuerdo claramente de cuando era niño: mi padre quería comprar un tractor nuevo. El problema era que era demasiado grande para el cobertizo exterior. Después de unos días de pensar y planificar, descubrió una manera de colocar la gran máquina naranja en el edificio exterior. Había que agrandar las puertas, levantar el techo y reforzar el piso. Al final, el espacio para la máquina era amplio y sobraba.

Lo crea o no, la oración se parece mucho a esto. Nuestras oraciones son a menudo el resultado de pensamientos y acciones anteriores. Ya sea que nos demos cuenta o no, oramos a partir de nuestras experiencias. Este movimiento de vivir-orar-vivir forma una santa rutina en nuestros días. Y, como era de esperar, esto produce un espacio para que Dios se mueva y nos forme en lo más profundo de nuestro ser.

¿Cómo puede hacer que esta oración sea más fructífera? Resulta que, antes de orar, hay varias cosas que pueden contribuir a su disposición, actitud y capacidad para hacerlo.

El tercer hábito de una persona que ora, Preparación y planificación, tiene que ver con eliminar las barreras que a menudo nos impiden orar. Cuanto más accesible sea la oración, mejor. Sugiero tres áreas para una mejor preparación y planificación:


Para su tiempo devocional matutino:

Para poner su día en el camino correcto, un tiempo devocional matutino es esencial. Decida un lugar en su casa donde orará. Asegúrese de que todas las herramientas que necesitará estén preparadas la noche anterior, como su Biblia y un diario.

Para los momentos sacramentales:

ya sea la Misa dominical o la confesión mensual, la preparación es importante. Trate de evitar las prisas. Para la Misa dominical, asegúrese de leer la lectura del Evangelio con anticipación y llegue 10 minutos antes para el culto. Para la confesión, agréguela a su planificador digital o en papel, así no tendrá que preguntarse cuándo irá a confesarse cada mes.

Para la reflexión y evaluación anual:

Al comenzar una nueva temporada litúrgica (Tiempo Ordinario, Cuaresma, Adviento), reserve una hora tranquila en la que pueda evaluar cómo le está yendo. ¿Cómo podría Dios estar guiándole en esta nueva temporada? ¿Qué puede cambiar? ¿Qué puede hacer para captar esa inspiración del Señor?


Gran parte de la oración tiene que ver con la intención, hacer una pausa para dejar que el Señor haga un espacio en nuestros corazones para una mayor transformación. Como con todas las cosas en la vida espiritual, sea paciente consigo mismo y persevere.


Michael St. Pierre, Ed.D. es el director ejecutivo de Catholic Campus Ministry Association, el fundador de Nonprofit Productive y el autor de The Five Habits of Prayerful People: A No-Excuses Guide to Strengthening Your Relationship with God.