Descansa con el Señor esta Cuaresma
Echa un vistazo al mundo que te rodea: ¿Cuánto de él se mueve, es ruidoso y simplemente te mantiene ocupado? El ruido y la productividad no son del todo malos, pero en este tiempo de Cuaresma, Dios te pide que consideres la posibilidad de renunciar a parte del ruido y ajetreo de la vida. En su lugar, te llama a descansar, respirar y escucharle en el silencio como tu Padre amoroso.
Echa un vistazo al mundo que te rodea: ¿Cuánto de él se mueve, es ruidoso y simplemente te mantiene ocupado? El ruido y la productividad no son del todo malos, pero en este tiempo de Cuaresma, Dios te pide que consideres la posibilidad de renunciar a parte del ruido y ajetreo de la vida. En su lugar, te llama a descansar, respirar y escucharle en el silencio como tu Padre amoroso.
Hecho para un descanso
Cuando observamos la vida de Jesús, somos testigos de lo que significa ser plenamente humano. ¿Te has fijado con qué frecuencia en los Evangelios Jesús se apartaba del ministerio y se iba a rezar? Jesús nos revela que estamos hechos para el descanso diario y el tiempo para estar con el Padre.
Hacer tiempo para perder el tiempo
En términos de productividad o entretenimiento, la oración y el silencio con el Señor pueden parecer, bueno, un desperdicio. Quizá tengamos la sensación de que no obtenemos nada de ellos inmediatamente. Al mismo tiempo, tenemos que recordar que la oración es simplemente estar con el Padre. Es pasar tiempo con quien te ama perfecta e incondicionalmente, también es saber que derrama su gracia en tu vida.
Cómo simplemente “ser”
Puede resultar difícil saber qué significa dejar de “hacer” y limitarse a estar con el Señor. En esta Cuaresma, centrémonos en algunas ideas para practicar el descanso en y con el Señor.
- Tiempo con un amigo. Considera la posibilidad de programar un tiempo cada día para estar con el Señor en oración, como lo harías con un amigo o un ser querido. Tal vez sea tomar un café con Jesús o dar un paseo con el Señor. ¡Planifica un momento para invitarle a entrar intencionadamente!
- Lectio. Ya sea en un parque o en tu habitación, rezar con la Escritura y escuchar lo que el Señor quiere hablarte a través de su Palabra te permite encontrarte cada día con la Buena Noticia de Cristo. Apóyate en la Escritura, sabiendo que Dios te habla como a su hijo amado.
- El pan de cada día. Visitar la capilla de adoración o asistir a la Misa diaria te permite empaparte de la presencia de nuestro Señor Eucarístico. A través de la Eucaristía, puedes llevarlo contigo como fuerza y paz en tu rutina diaria.
- La siesta. Incluso puedes invitar a Dios a tu hora de la siesta. Si tienes un horario muy ajetreado, puede que Dios te esté animando a que te acuestes de vez en cuando y descanses un poco. Al fin y al cabo, Dios habló a San José cuatro veces en las Escrituras mientras dormía.
- Escucha. Estar con el Señor también puede ser tiempo para practicar simplemente sentarse y escuchar. Dios te da el aliento de la vida cada día, y puedes invitarle a que hable a tu corazón, a tu mente y a tu alma en cualquier lugar.
- Exprésalo. Cada día podemos invitar a Dios a entrar en nuestro corazón y en nuestras experiencias. Podemos compartir nuestras luchas, angustias y heridas con el Señor a través de un diario o simplemente hablándole. Él anhela ayudarte a llevar tus cargas y alegrías cada día.
Sea como sea que ayunes del ajetreo y ruido en esta Cuaresma, recuerda que Dios anhela amarte y siempre espera tu “sí” para ser acogido. Estar con el Señor significa entrar en una relación profunda con él, lo cual puede implicar caminar, tomar un café, escribir, respirar o simplemente escuchar. Durante las próximas semanas, tómate un descanso del “ir” y apóyate en el descanso con el Príncipe de la Paz, de formas nuevas y poderosas.
Adam Cross es un terapeuta matrimonial y familiar licenciado en California, y trabajó como ministro de la juventud en su parroquia local durante 8 años. A Adam le encanta integrar la fe católica en su práctica terapéutica.