En nuestra casa, amamos los arándanos. Ya sea en batidos, mermeladas caseras, cereales o repostería, los incluimos en casi todo. No sólo nos encanta comerlos, sino que también disfrutamos recogiéndolos anualmente. Todos los años, cuando estoy en el campo arrancando cada fruta de la rama, no puedo evitar pensar en mi abuela, ya que le encantaba recolectar arándanos. Ojalá pudiera tener la oportunidad de vivir otra salida tan divertida con ella.

La abuela también me enseñó la importancia de rezar el rosario cuando era niña, y ahora me doy cuenta de que mis mejores recuerdos con ella mientras crecían son cuando lo rezaba con mi familia. Si pudiera retroceder en el tiempo, me encantaría tener un día más para volver a tener esa experiencia también.

A menudo pienso en cómo las pasiones y tradiciones de nuestras generaciones mayores deben preservarse y transmitirse a los más jóvenes. A mi abuela le encantaba hornear y, según mi papá, hacía fantásticos muffins de arándanos. Sin embargo, lamentablemente, no se puede encontrar su receta. Es por eso que estoy agradecida de que mi hija, a quien recientemente se le asignó hornear algo usando bicarbonato de sodio para su clase de química alimentaria, eligió hacer muffins de arándanos para chuparse los dedos.

La receta de la abuela puede haber desaparecido, pero su influencia y espíritu permanecen.

Y también sus oraciones. Las siento cuando yo misma rezo el rosario. Doy gracias a Dios por su influencia, y espero dar testimonio a las generaciones futuras de nuestra familia sobre la misma devoción al rosario que mi abuela me dio.

Mayo es el mes de la Santísima Madre, y no hay oración más agradable para ella que el rosario. Y como el azul es su color, estos deliciosos muffins de arándanos son una excelente manera de honrarla, ¡Nuestra Señora, Reina del Cielo y la Tierra!