| Por Adam Cross

Decidirse a descansar más en el nuevo año

Es Año Nuevo. Preparados, listos... a descansar. Espera, ¿qué? En medio de propósitos y metas, mientras vivimos en un mundo sin parar, tenemos que recordar que estamos hechos para el descanso. No sólo para que nuestro cuerpo descanse mientras navegamos por la web, vemos vídeos o nos recostamos, sino para que nuestras vidas tengan una paz y un descanso tanto reales como duraderos.

 

Primero lo primero

Pero, ¿qué es el descanso? El descanso no es sólo algo que necesitamos cuando estamos cansados; es la base de nuestras vidas. Durante unas ocho horas al día somos "improductivos" mientras dormimos. Incluso fuera del sueño, estamos hambrientos de descanso, tiempo de inactividad y tiempo para "ser". Si no lo tenemos, nuestras vidas se vuelven estresantes y agobiantes. Para vivir una vida buena y equilibrada, necesitamos descansar, lo que implica refrescarnos, reenergizarnos y revisar lo que está ocurriendo. El descanso es esencial para vivir bien.

Al principio

En el Génesis oímos que el descanso no es sólo algo bueno, sino la conclusión de la obra de Dios. El Génesis nos dice que el séptimo día Dios "concluyó la obra que había hecho, y cesó de hacer la obra que había emprendido" (2, 2). Pero Dios no se cansa; no necesita descansar. Entonces, ¿por qué Dios hace tanto hincapié en el descanso? Él nos recuerda que estamos llamados a detenernos y simplemente ser. Dios descansa, porque es el descanso mismo. Dios es ser y nos llama al descanso del Sábado, donde estamos verdaderamente con él y compartimos la paz que nos ofrece.

No hagas; sólo sé

Dios desea darnos descanso y derramar su paz sobre nuestras vidas, en todo momento. Nos recuerda que estamos llamados a detenernos y simplemente estar con él como un Padre amoroso. Este es el fundamento del verdadero descanso. Estamos hechos para estar con Dios como sus hijos e hijas amados. Cuando nos tomamos un tiempo para hacerlo intencionadamente, encontramos el descanso. ¿Qué aspecto tiene esto? He aquí algunos consejos para cultivar tu descanso al comenzar este nuevo año:


Volver a ser niño

Como nos recuerda Jesús, estamos llamados a contemplar nuestras vidas con asombro y admiración infantiles. Podemos preguntar a Dios cada día qué quiere decirnos mientras realizamos nuestras actividades cotidianas. Podemos contemplar la creación de Dios como un don de forma intencionada y consciente.

Reza sin cesar

Podemos invitar a Dios a las tareas escolares, los deportes, las relaciones y los proyectos; asimismo, podemos estar abiertos a lo que él quiere compartir con nosotros a través de estas áreas de nuestras vidas. Podemos recordar que Dios nos hizo para usar nuestro cuerpo y mente, también nos hizo para las relaciones. Podemos invitarle a entrar en esas áreas, porque todas forman parte de su diseño.

Tiempo de ‘no hacer’ nada

¡Vivimos en un mundo ajetreado y exigente! A menudo necesitamos proteger nuestro tiempo para descansar, ya sea durmiendo, rezando en silencio o incluso holgazaneando. Necesitamos un equilibrio en todo lo que hacemos, y estamos llamados a planificar intencionadamente un tiempo para tanto descansar como relajarnos en medio de agendas apretadas.

Fuente y cumbre

Finalmente, encontramos descanso en Dios a través de la celebración de la Eucaristía, fuente y cumbre de nuestra fe, donde nos hacemos uno con Cristo. Encontramos verdadero descanso y paz cuando damos prioridad a recibir a Jesús tanto en la Palabra como en la Eucaristía cada semana.

En este nuevo año de propósitos, busca tiempo para "estar" con Dios. Descansar no significa que nuestras responsabilidades o ansiedades desaparecerán por completo, pero sí que podemos mirar nuestras vidas con el asombro y la admiración de un niño, además de pasar tiempo real con el Padre en todo lo que hacemos.


Adam Cross es un terapeuta matrimonial y familiar con licencia en California, y trabajó como ministro de jóvenes en su parroquia local durante 8 años. A Adam le encanta integrar la fe católica en su práctica de terapia.

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